Capítulo 49 ¿Acaso su verdadera salvadora era... Ella?

—¿Qué? —Las pupilas de Diego se contrajeron de golpe y miró atónito a Julia—. ¿Qué acabas de decir? ¿Cómo que tú me salvaste cuando recibí ocho puñaladas en el río? Claramente, quien había salvado a Diego era Andrea. Sin embargo, Julia no tenía intención de responderle a Diego. Justo cuando Diego quiso acercarse a Julia para exigirle una explicación, Andrea lo sujetó de repente, impidiéndole dar un paso más. Diego se detuvo en seco y miró a Andrea. Ella mantenía la cabeza agachada, ocultando su expresión. Sin embargo, su mano temblaba sin cesar. El tiempo de embarque ya había llegado. Sergio dio una palmada en el hombro de Julia: —Está bien, ya es hora de abordar. Cuando llegues a Montaña Azul, no olvides ir al hospital a revisar tus heridas. No porque tengas buen físico vas a descuidar las lesiones leves. —Lo sé —respondió Julia. De pronto, Sergio se puso firme y le dedicó un saludo militar solemne a Julia. —¡Enviamos a los mártires Silvio y Yolanda de regreso a casa! Los demás oficia