Capítulo 35

La pulsera era idéntica a la que Andrea le había enviado anteriormente, incluso la veta del jade estaba en la misma posición. Josefina sospechó que Alicia ya había visto a Andrea. Y que Andrea le había regalado a Alicia esa pulsera de jade que claramente que era una falsificación. Sus labios se curvaron en una sonrisa sarcástica, mientras una frialdad helada se reflejaba en sus ojos. Alicia notó que Josefina miraba fijamente su pulsera y dijo con aire de presunción: —Linda, ¿verdad? Me la regaló la hija de una amiga, por si no tenía una joya decente para tu boda con Federico. Qué niña tan atenta. Si no fuera porque estás con Federico, hasta pensaría en emparejarlos. Josefina rio, sin decir palabra. Tampoco le dijo a Alicia que esa pulsera era una falsificación. La dependienta sacó varios modelos de baño de oro para que Alicia eligiera, y ella se enfrascó tanto en escoger que ni siquiera consultó con Josefina antes de pedir que los empacaran. Josefina simplemente miró por encima del hom