Capítulo 72

Josefina se dio la vuelta y vio a Salvador salir desde las sombras. La luz amarillenta iluminaba sus hombros, y en su mano jugaba con su teléfono, con una expresión entre las cejas cargada de una autoridad y gravedad indescriptibles. Federico retiró la mano y observó impotente cómo caminaba hacia Salvador. En la esquina de sus ojos se asomó una extraña incomodidad. —Gracias, señor Salvador. Josefina se acercó y extendió la mano para tomar el teléfono que él sostenía. Salvador bajó la mirada, la observó en silencio y le preguntó. —¿Necesitas ayuda? Josefina negó con la cabeza. —No, tranquilo. La mano con la que Salvador sostenía el teléfono se tensó ligeramente. Josefina alzó la mirada con desconcierto. Cuando sus ojos se encontraron, captó claramente el desagrado en la mirada del hombre. —Señor Salvador... Él apretaba tanto el teléfono que ella no pudo quitárselo. Incluso no comprendía por qué él estaba molesto. La mirada de Salvador se suavizó un poco y entonces aflojó la presión. Fed