Capítulo 81

Josefina nunca había estado en el Club La Montaña Encantada, pero sí había escuchado algunos rumores sobre aquel hotel. Un lugar diseñado exclusivamente para el disfrute de los hombres ricos y poderosos de la alta sociedad de Costadorada. La recepcionista también era extremadamente hermosa. Apenas Josefina entró, ellas se acercaron con una sonrisa para recibirla. Ella dio el número de la suite, y la sonrisa en los labios de la recepcionista adquirió un matiz peculiar, aunque mantuvo una expresión profesional y cortés al guiarla hacia arriba. Al salir del ascensor, Josefina pisó una alfombra de textura exquisita y sintió un repentino nerviosismo en su interior. La recepcionista se adelantó y llamó a la puerta. Josefina se colocó a su lado, y de pronto, la bolsa con dinero que llevaba en la mano pareció volverse más pesada. Una fina capa de sudor le cubrió la palma. La pequeña pantalla junto a la puerta se iluminó, era evidente que alguien las estaba observando desde dentro. Pasaron unos