Capítulo 83

—Al principio, nosotros no queríamos volver a hacer este tipo de cosas, pero el señor Emilio nos ofreció demasiado. —Además, dijo que ya estaba colaborando con el señor Salvador, y que si le ayudábamos esta vez, cuando hiciera fortuna, por supuesto no se olvidaría de nosotros, y también podríamos beneficiarnos con él. Salvador soltó una risa fría. —¿Cuánto les dio? —Cuatrocientos veinte mil dólares. Cuatrocientos veinte mil dólares. Para ellos, unos vagabundos sin oficio ni beneficio, poder acostarse con mujeres y, encima, recibir dinero… Realmente no había razón para rechazarlo. Y además, no era la primera vez que hacían algo así. A lo mucho, podrían irse del país por unos meses, como la vez anterior, y luego regresar. La mano de Josefina, que colgaba a su lado, se apretó con fuerza. Cuatrocientos veinte mil dólares era la cantidad que Emilio le había dicho que trajera. Quería usar su dinero para comprar a estos hombres y que la ultrajaran. Josefina sintió que su corazón estaba realme