Capítulo 95

Al ver a Josefina y Catalina, Pedro las saludó con suavidad. —Tía, Catalina. De inmediato, su mirada se posó en Alejandro, quien las acompañaba. Parecía estar al tanto con antelación, ya que no mostró ninguna señal de sorpresa. —Señor Alejandro. Alejandro asintió con la cabeza. —Señor Pedro. La última vez que se habían visto, la escena quedó grabada con claridad, y Catalina aún agradecía que Pedro hubiera salido en su defensa. Desde entonces, entre Pedro y Alejandro reinaba una evidente antipatía. Catalina no era del tipo que disfrutaba provocando encuentros incómodos entre ambos. Y, sin embargo, dos personas destinadas a evitarse, acababan encontrándose cara a cara en esta ocasión, lo cual empezaba a generarle un dolor de cabeza. Ahora que ya estaba casada, ¿será que su madre aún tenía intenciones de emparejarla con Pedro? Y si en verdad lo pensaba, ¿por qué también llevó a Alejandro? No pudo evitar dirigirle una mirada a Josefina. Ella le respondió con una leve sonrisa y una mirada t