Capítulo 23 Un golpe para Nancy

Nancy soltó una carcajada inmediata. —¡Susana, eres ridícula! Ya te pedí que me hicieras una reverencia y me dijeras algo bonito. ¿Para qué hacer semejante espectáculo? ¡Ese brazalete lo quiero yo! Dolores también dejó escapar una sonrisa en sus labios. El vendedor guardó el brazalete de jade y, cuando Nancy extendió la mano para tomarlo, se lo entregó en cambio a Susana. —Señorita, el brazalete de jade ya fue pagado a su nombre. Aquí lo tiene. Susana se sorprendió por un instante, pero enseguida comprendió. Nancy no lo podía aceptar. —¿Qué dijiste? ¿Quién pagó por ella? ¿Acaso se equivocaron? —No hay ningún error —respondió con firmeza el vendedor. Los ojos de Dolores brillaron y susurró algo al oído de Nancy. Ella quedó atónita. —¿Es cierto? —Tan cierto como que estamos aquí —contestó Dolores en voz baja. Nancy la miró con un desprecio aún más marcado. —Susana, no pensé que hubieras caído tan bajo. ¡Das vergüenza! —Ustedes sí que saben juntarse con gente sin educación —replicó Susana