Capítulo 40

Ella ni siquiera miró la sonrisa satisfecha en los labios de Julia. Su mirada se posó en Andrea, y entonces, ella sonrió. —Señorita Julia se ha equivocado. La voz de ella era tranquila y suave, pero clara, llegando a los oídos de todos. —Las fotos son reales. El lugar quedó en silencio. Todos la miraban como si estuviera loca. —No solo las fotos son reales. —Ella ignoró las reacciones y añadió con calma—: Él me regaló el auto y me ofreció una tarjeta bancaria. "¿Ella está... admitiendo que la mantienen?" "¿Y frente a la prometida?" "¡Esto es demasiado descarado, sinvergüenza!" Julia casi estalló en carcajadas, ¡eso era justo lo que buscaba! "¡Nancy, esta vez estás acabada!" La cara de Andrea se ensombreció, apartó la mano de Julia y dio un paso adelante. No mostró histeria, su voz se mantuvo serena, pero cargada de un frío amenazante. —¿Oh? ¿Tienes una muy buena relación con Silvio? Ella alzó una ceja, sus labios formaron una sonrisa, pero antes de que hablara. José no pudo contenerse