Capítulo 74

Él la trataba con especial cuidado, como si fuera un tesoro único en el mundo. Después de que el médico aplicara medicamento en las muñecas y tobillos de Nancy, sugirió dejarla ingresada para observación. —La paciente solo presenta lesiones externas en las muñecas y tobillos. Si no están tranquilos, se puede organizar una hospitalización durante un tiempo para observación. Teodoro asintió. —Ha pasado por un gran susto; realmente necesita ser observada atentamente por un tiempo. Tras disponer una habitación VIP, dos guardaespaldas vestidos de negro quedaron apostados en la puerta para garantizar la seguridad. Teodoro depositó con suavidad a Nancy sobre la cama del hospital. En ese momento, bajo su largo cabello ligeramente ondulado, sus ojos permanecían bajos, sin el descaro ni la agudeza de antaño, serenos y apacibles. Teodoro le sirvió un vaso de agua tibia y se lo tendió. —Gracias. Nancy tomó el vaso y agradeció en voz baja. Pero Teodoro soltó una leve risa. —Me gusta más la tú de ah