Capítulo 100

Belén no dijo nada, se marchó con el rostro completamente pálido. De regreso a la oficina de Óscar, los dedos de Belén, colgando a un lado, comenzaron a encogerse lentamente. Al final, no pudo contenerse. —Señor Óscar, ¿el collar que me pidió comprar hace unos días era un regalo para Lorena? Llevaba varios años trabajando al lado de Óscar, pero nunca había visto a Lorena, así que no conocía la relación entre ambos. Óscar mantuvo la mirada en los documentos que tenía en las manos y respondió con voz suave: —No creo que necesite darle explicaciones a mi asistente sobre lo que hago o dejo de hacer. Belén era una mujer atractiva, con un carácter incisivo en las negociaciones comerciales, lo cual solía incomodar a muchos socios. Pero también era realmente competente. Cuando trabajaba para Óscar, lograba hacer que muchos socios tercos, que se negaban a firmar, acabaran cediendo. Qué métodos usaba, eso seguía siendo un misterio. Óscar señaló con la punta del dedo una caja de regalo que estaba