Capítulo 260

El corazón de Ana se estrujó. Miró por la ventana, observando distraída la carretera, y se dio cuenta de que en efecto se dirigían hacia las afueras de la ciudad. Una vez que se alejara del área urbana, sus posibilidades de escapar serían aún menores, lo cual era muy desfavorable para ella. Ana pensaba con rapidez cómo reaccionar, pero estaba rodeada por dos personas y ni siquiera le habían dejado la oportunidad de lanzarse del auto. ¿Qué otro método le quedaba para salvarse...? De pronto, Ana por unos instantes fijó la mirada en el conductor. Quería arriesgarlo todo. Con el rabillo del ojo, echó un vistazo a los dos hombres sentados a su lado. Al ver que ambos miraban al frente sin prestarle atención alguna, frunció los dientes de golpe y se lanzó enloquecida hacia el conductor, agarrando el volante con la mano derecha. Nadie se esperaba esa acción de su parte, y no tuvieron tiempo de detenerla. El conductor, sobresaltado por el movimiento repentino, pisó a fondo el acelerador por ins