Capítulo 22
Lorena yacía en un charco de sangre, con la cara cubierto de lágrimas.
Sollozaba desconsolada, y con una voz casi desesperada gritó a todo pulmón: —...No... No lo creo, Teodoro, tú mismo dijiste que me amabas, dijiste que me amabas tanto que casi te volvías loco.
—No puedo creer que para ti yo sea una mujer tan insignificante, alguien que se puede sacrificar sin importancia alguna.
Mientras lloraba, se arrastró con gran esfuerzo hasta los pies de Teodoro, luego extendió su mano empapada de sangre para tratar de aferrarse a la delgada pierna de Teodoro.
—¡No lo creo! ¡No lo creo! Teodoro, tú me amas, tienes que amarme, ¿verdad?
Pero Teodoro, con rapidez, levantó el pie y, con una expresión de fastidio, apartó a Lorena de una patada.
—Es cierto que te tenía algo de cariño, pero lo que me gustaba era tu obediencia, tu comprensión, que supieras cómo alegrarme —se burló Teodoro con ironía.
—¿Lo entiendes? Para mí eres como una perrita; cuando estoy de buen humor te consiento, pero cuando me

Locked chapters
Download the Webfic App to unlock even more exciting content
Turn on the phone camera to scan directly, or copy the link and open it in your mobile browser
Click to copy link