Capítulo 255

Él levantó el celular. En el momento en que abrió el video, una oleada de romanticismo lo golpeó. Samuel, que estaba concentrado preparando el desayuno al lado, sonrió y dijo: —Esta canción... Al levantar la vista, vio de repente la expresión sombría en el rostro del jefe David. Era una canción bastante aterradora... —Vamos a desayunar. David apagó el celular, se levantó y salió caminando con pasos rápidos que destilaban un aura asesina. Samuel murmuró entre dientes: ¿Esto era ir a desayunar? ¿Con tanto aire asesino suelto? ¿Y la canción...? Confundido, de pronto su celular también sonó. Lo sacó y lo miró. ¿Un video enviado por Teodoro? Al abrirlo, resonó en el pasillo la misma música que la del jefe David... —¡Madre Santa! Samuel apurada lo cerró. David se detuvo en seco, no miró atrás y extendió furioso la mano hacia arriba: —Dámelo. —... —Samuel, a regañadientes, puso el celular en su mano. —Este es el celular que acabo de cambiar. David miró hacia abajo, borró el video. Le devolvió