Capítulo 12 Ya no quiero este matrimonio

Evaristo guardó silencio unos segundos, su tono se suavizó un poco: —Éramos esposos, Almira también era como mi hermana. —Solo estaba haciendo lo que me pediste, cuidarla con esmero, pero al tenerla cerca , no debiste ser tan mezquina. —Si eso no funcionaba, podía cambiar a Almira de puesto para reducir el contacto, ¿eso habría estado bien? Claramente era él quien no podía controlar sus deseos de ser infiel, pero gracioso resultaba que yo era la mezquina. Eso heló mi pecho. De hecho, en la vida anterior, Evaristo también había hecho el mismo movimiento de cambiar a Almira de su puesto actual. Pero en ese entonces, fueron mis padres quienes forzaron esa decisión en Evaristo, y él a su vez me reprochó a ellos. Luego, simplemente bajo la excusa de compensar a Almira, le envió proyectos y regalos, y se acercaron más hasta estar juntos. La realidad de todo esto solo demostraba que cambiar de puesto no servía de nada, si uno quería ver a alguien, siempre había innumerables razones y oportuni