Capítulo 37 Hablando a sus espaldas

Me senté con calma y tomé un sorbo de agua: —¿Qué pasa? ¿No tienen nada que explicar al respecto? Evaristo estaba a punto de hablar, pero lo interrumpí: —Eh, no digas que todo esto es falso, solo hay que investigar un poco para saber que el Grupo Rodríguez tiene un déficit de más de unos cuantos millones de dólares. Después de mis palabras, Evaristo quedó en absoluto silencio, apretando con rabia los puños. Mateo, pálido como la cera, no pudo decir ni una palabra, mirándome con ojos tan feroces que parecía querer en ese momento devorarme. No me importó y le sonreí, más que una sonrisa, fue un desafío. Lucas atento terminó de revisar los documentos y su rostro se ensombreció al instante. —Vaya, siempre pensé que el dinero que invertimos inicialmente no mostraba mucho progreso, confié este proyecto a ustedes porque nuestras familias tenían una buena relación, pero no esperaba que se atrevieran a aprovecharse de nuestra familia Pérez. Mateo intentó refutar: —Esto es un malen