Capítulo 9 ¿Acaso me hackearon la cuenta?

Rechacé la invitación sin pensarlo dos veces: —No iré, no me llevo bien con Almira y punto, ella no podrá comer si me ve, y yo me sentiré nauseabunda. Sin darle oportunidad alguna a Evaristo de hablar, apuré con otra frase. —Por cierto, ¿cuándo tendrás tiempo? Vamos a divorciarnos pronto. —Una vez que nos divorciemos, seguro que Almira se recuperará. Evaristo, descontento, le respondió: —Eso no tiene sentido, ¿qué tiene que ver nuestro divorcio con Almira? —Además, ya te dije, lo del divorcio... Suspiré con pesadez, interrumpiéndolo: —Déjalo así, no tengo tiempo para escuchar tus tonterías, mejor nos vemos el lunes a las diez de la mañana en la entrada de las oficinas del registro civil. Después de eso, colgué. Evaristo intentó llamarme de nuevo, pero bloqueé su número, pensando en desbloquearlo el día del divorcio. Me subí el pantalón, soportando el dolor mientras subía las escaleras, y acomodé las cosas que había traído. Esta villa tiene personal que viene a limpiar cada mes, así que está bastante limpia y no necesito ordenar mucho. Después de darme un baño rápido evitando la herida, por fin me tumbé en la cama y perezosamente saqué mi celular para escribir un mensaje. [¡He decidido volver y continuar trabajando! ] Esta vez no renunciaré a nada por nadie. El mensaje apenas se envió en el pequeño grupo de LunaGlo Creativa cuando al instante aparecieron varias personas. [Sera, ¿realmente vas a volver? ¿No estoy soñando?] [Sera, ¿realmente dejaste a tu esposo para volver al trabajo? Intentamos convencerte por todos los medios, pero no hubo manera alguna, ¿qué te hizo cambiar de opinión hoy?] [¿No será que alguien hackeó tu cuenta? ] Viendo a todos discutiendo, no pude evitar reírme. LunaGlo es una marca de joyería que fundé con amigos de la universidad que compartían mis ideales. En solo tres años, logramos reconocimiento internacional. Antes de dejar el estudio por Evaristo, ya era una diseñadora de renombre mundial. Después de dejar mi trabajo por Evaristo, solían bromearme en el grupo, aunque nunca les respondí. Mi anuncio repentino de regresar los dejó atónitos, lo cual era de esperarse. [No me hackearon, ¡soy yo!] Inicié una videollamada y les conté sobre mi decisión de divorciarme de Evaristo. Renato López, indignado, dijo: —Deberías haberte divorciado de ese mal hombre hace tiempo, siempre dije que no era un tipo digno de ti. —Por cierto, Sera, LunaGlo Creativa está planeando entrar al mercado nacional, y todas las grandes marcas de joyería están ansiosas compitiendo por asociarse con nosotros. —Tu regreso no podría haber llegado en mejor momento, nadie conoce el mercado de joyería nacional mejor que tú, definitivamente necesitaremos de tu ayuda. En un principio, queríamos que LunaGlo se estableciera entre las marcas de joyería de lujo internacionales antes de fortalecer nuestra posición en el mercado nacional. Por eso, ellos han estado principalmente en el extranjero estos años. Al ver que estábamos un paso más cerca del objetivo que establecimos hace años, y justo en el momento más crítico de todo, vuelvo. Continuar con una carrera que siempre me ha apasionado y poder ayudar naturalmente me hacía sentir feliz. Sin dudarlo, acepté feliz: —Esta vez no me iré, conmigo en el mercado nacional, ustedes pueden estar tranquilos. —¿En qué etapa está actualmente la planificación? Necesitaba entender bien la situación para poder desarrollar un mejor plan de mercado. Renato fue el primero en responder: —Es difícil decir en este momento, volveré al país en poco tiempo, y podemos hablar en persona entonces. —¡Perfecto así será!