Capítulo 20
Ana quedó sobrecogida por aquel gesto desquiciado de él, y un frío involuntario le recorrió la espalda.
Cerró los ojos un instante y, al abrirlos de nuevo, pronunció con frialdad solo dos palabras: —¡No puedo!
En ese momento, la poca luz que aún quedaba en los ojos de Alejandro se fue apagando lentamente, hasta extinguirse por completo.
Ya no pudo sostenerse; la vista se le nubló y cayó pesadamente al suelo.
......
Cuando volvió a despertar, lo primero que Alejandro percibió fue el fuerte olor a desinfectante.
Abrió los ojos y lo primero que vio fue el techo blanco de la habitación del hospital.
Un dolor sordo le atravesaba el pecho, ahora envuelto en gruesas vendas.
Su amigo estaba sentado junto a la cama, con ojeras profundas bajo los ojos.
—Alejandro, te lo ruego, deja de torturarte, ¿sí?
Se quedó mirando al techo con una expresión vacía; pasó un largo rato antes de hablar con una voz ronca, cargada de desolación.
—Si torturarme pudiera hacer que Ana se conmoviera… que volviera a qu

Locked chapters
Download the Webfic App to unlock even more exciting content
Turn on the phone camera to scan directly, or copy the link and open it in your mobile browser
Click to copy link