Capítulo 256

Diego, cansado, se apoyaba en la suave almohada, observando el rostro serio y enojado de Doña Lorena. No exteriorizaba ningún desorden, sino que dijo con calma: —Abuela, tienes la presión alta, cálmate un poco. Doña Lorena entró en cólera, —No cambies de tema, quiero una respuesta clara. Dicho esto. La comisura de sus labios tembló, incluso le costaba hablar: —¿Esa señorita Carmen, realmente... ustedes son...? Diego levantó la mirada. Debido a la pérdida de sangre, su rostro se había puesto ligeramente pálido, incluso el color de sus labios se volvió un tono rosa grisáceo. No tenía intención de dar explicaciones. Solo la miraba en silencio. De repente, Doña Lorena sintió un mareo. Dio unos pasos, luego respiró: —No me importa si tienes algo con ella o no, si a Xime le molesta su presencia, tú no te metas, yo lo solucionaré. En ese momento. Diego respondió con calma: —A ella no le molesta. Doña Lorena lo miró con los ojos bien abiertos, quedando completamente en silencio. Diego también