Capítulo 12
Punto de vista de Sebastian
Ella se alejaba y su cabello largo y castaño ondeaba como las extensas olas del océano, y yo no podía evitar mirarlo, hipnotizado. Estaba fascinado por su belleza sobrenatural. ¿Qué me pasaba? ¿Tenía un fetiche con el cabello largo? Es que no podía apartar la mirada. Además, su figura no era menos atractiva. Si no la conociera mejor, habría pensado que era una bruja que salía a tentar a las personas con sus encantos. ¿Lo era? ¿Una que vivía bajo el disfraz de una linterna? Aunque, si esto era cierto, ¿por qué demonios, de todos los lugares decidió vivir en este? No se trataba de una bruja, eso era seguro, pero ¿cómo podía ser tan hermosa y atractiva? Además, ¿estaba sin su lobo?
He revisado mi lista de mujeres hermosas y no había duda en eso, lo que me confundía era el hecho de que me sentía encantado por ella. Si no hubiera encontrado a mi pareja, entonces habría pensado que era ella. Aunque, ya que sabía que mi compañera estaba muerta, este tipo de atracción hacia otra loba era letal para mí. En aquel momento, pensé que su pareja debía estar en algún lugar esperándola. El débil aroma de su cuerpo era puro; un claro indicio de que no se había apareado con nadie, lo que significaba que aún no la había encontrado. «En qué clase de problema me he metido», pensé antes de quejarme en voz alta.
—¿Alfa? ¿Alfa? —Escuché voces a mi alrededor y miré con el ceño fruncido—. Te hemos estado llamando durante mucho tiempo, pero no escuchabas. No me digas que piensas apoderarte de mi nombre para siempre. No es el caso, ¿verdad? —preguntó Blake y me hizo mirarlo con indiferencia.
La verdad, ni siquiera yo sabía por qué me inventé ese nombre; fue como un impulso. Uno que no pude controlar, ya que quería averiguar más sobre esa joven. Aparte de esa extraña atracción hacia ella, había algo más que era bastante desconcertante. Si ella es una linterna como había dicho, entonces su aroma habría sido apenas perceptible en comparación con otros lobos; por tanto, ¿para qué necesitaba un colgante? Sabía que el consejo había estado ayudando a las linternas estos últimos años porque su aparición era realmente rara y temían que fueran intimidadas. Sin embargo, ¿por qué iban a llegar al extremo de darle un colgante para ocultar su olor? ¿Eso significaba que Mark sabía que ella vivía entre los humanos para ocultarse entre ellos? Y si era así, ¿quién fue ese que nos contó sobre ella? Si el consejo la estaba ayudando, ¿por qué querrían exponer su coartada al mismo tiempo? Muchas preguntas afloraban en mi cabeza y la única forma de saber la verdad era a través de ella o de Mark.
—¿Señor Sebastian? ¿Por qué se detuvo de repente? El Departamento de Biotecnología está por aquí. Déjeme presentarle a nuestros estudiantes. La clase debe comenzar pronto —dijo el rector. Ya me había olvidado por completo de todo y esto hizo que lo mirara por un segundo.
Si nos presentaba delante de todos, usaría mi verdadero nombre y, aunque no lo hiciera, al menos mencionaría que yo era el fundador de la universidad, lo que dejaba mi coartada al descubierto en ese mismo momento. ¿Quién no sabía que el fundador de la universidad se llamaba Sebastian? Y la linterna con seguridad se pondría en alerta al conocer mi verdadera identidad. Si quería descubrir la verdad sobre ella, entonces tenía que hacerle creer que yo no era un alfa y que no le haría daño; por tanto, no podía permitir que mi coartada quedara al descubierto así como así.
—No —le ordené. El rector se detuvo y me miró con incertidumbre—. No nos presentes. No quiero que los alumnos se alteren por nuestra culpa. Solo diles que somos del equipo de los fundadores.
Aunque estaba claro que no entendía mi explicación, de todas formas cumplió mi orden. Al entrar en el salón, mis ojos buscaron a la joven que me había hecho cuestionar mi cordura en aquel momento. No pasó mucho tiempo para que la descubriera. Estaba sentada en la esquina más alejada y parecía que hablaba de algo con un estudiante. En ese instante, su atención se centraba en él y creo que no se dio cuenta de que estábamos allí.
Mientras el rector comenzaba su presentación, observé cómo sus ojos pasaban de ese joven a mí antes de abrirse de par en par. Estos, junto con su boca abierta, eran tan bonitos que no pude evitar sonreír en mi interior. No sé por qué, pero el pánico en sus ojos me inquietaba en buen sentido y sentí que necesitaba disfrutar más de eso. La forma en que unía las cejas, como si pensara mucho mientras su mirada se centraba en nosotros, era tan linda que por un momento quise acercarme y apretar sus mejillas, ¿o tal vez sujetar su cuello para hacer que tuviera más miedo?... Estaba disfrutando del temor y el pánico en sus ojos cuando vi que su mirada se trasladaba de mí a aquel muchacho, que había puesto su mano encima de la suya y la hizo sonreír antes de asentir con la cabeza. Su sonrisa era relajante. No podía ser que esta linterna no solo estaba infringiendo las leyes al estudiar en una escuela para humanos, sino que además estaba saliendo con uno. ¿Salir con un humano? ¿Era su pareja? ¿Esa era la razón por la que vivía entre ellos sin preocuparse por nada? Sin embargo, si eso era cierto, entonces, ¿por qué le daba pánico verme? No hay reglas que impidan salir con un humano si él/ella es la pareja del hombre lobo. Aunque, de nuevo, su olor era todavía tan puro, lo que indicaba que no había intimado con nadie. Y si no era su pareja, entonces, ¿por qué eran tan íntimos? Ella estaba llena de preguntas impredecibles y, con tan solo habernos encontrado unos minutos, ya me daba dolor de cabeza. Al parecer, tenía que quedarme allí por un tiempo.
—Alfa, el rector te ha estado mirando desde hace tiempo; parece que quiere que hables en el podio. —Escuché la voz de mi beta a través del enlace mental y miré hacia él con un movimiento de cabeza.
Mejoré mi semblante y miré al rector asintiendo con la cabeza. Me acerqué al podio, tomé el micrófono en la mano y mi mirada se centró en aquella joven.
—Hola, estudiantes. Soy Blake, la mano derecha del fundador de la universidad y también el cofundador. Sé que nuestra visita de hoy ha sido una sorpresa para ustedes y no a todos les ha parecido bien porque el rector los amenazó con ponerles puntos negativos si no asistían, ¿verdad? —pregunté. Esto produjo que el rector, que estaba a mi lado, tosiera con fuerza y que la linterna escondiera la cabeza detrás de su cuaderno, como si supiera que me dirigía a ella.
—Bueno, lo siento por eso. Con certeza le llamaré la atención al rector por esta norma tan estricta. Sin embargo, los estudios son tan importantes para ustedes como otras cosas, ¿no? El Departamento de Biotecnología siempre ha sido uno de mis favoritos. Para ayudarlos en sus estudios y comprobar que avanzan bien, voy a impartir sus clases de vez en cuando. Quiero que en todas mis clases haya el mismo número de personas que hoy, ¿está claro? —pregunté.
—Alfa, ¿qué estás haciendo? Por favor, piensa antes de hablar. Discutamos esto primero antes de tomar cualquier decisión. Alfa, ¿qué pasa con la reunión con el...?
Mi mente se colmó con las preguntas de mi amigo y no pude evitar maldecir cuando me di cuenta de lo que había hecho. ¡Qué demonios me pasaba! Había tantas formas de averiguar la verdad. ¿Por qué dije que me convertiría en su profesor? «¡Que me revienten!», pensé antes de mirar a la joven, que era la razón de todas estas decisiones locas que había tomado ese día. Ella tenía una expresión de pánico y sorpresa en su rostro.
—Estás buscando problemas, ya lo veo —mi lobo interno rio a carcajadas y no pude evitar darle la razón en esto.
¿Qué estaba haciendo? Al ver la amplia sonrisa del rector, lo miré con una extraña expresión de disgusto. ¿Qué sería lo que me deparaba el futuro?
—Sin embargo, tu futuro me parece un poco aventurero —bramó mi lobo interno y logró que me molestara más de lo que ya estaba.