Capítulo 9

Jacqueline quedó con la mente en blanco. Antes se preguntaba por qué Mauricio parecía una persona completamente distinta. ¡Resultó que había confundido a su verdadero salvador! Jacqueline tenía los ojos enrojecidos y alzó la mirada hacia él. —Si fuiste tú quien me salvó, ¿por qué no lo dijiste en ese momento? Leopoldo soltó un bufido. —No imaginé que fueras tan tonta como para confundir a la persona que te salvó. Además, tampoco quise aprovecharme de eso para chantajearte emocionalmente. —Jacqueline, yo nunca quise una relación por compromiso. Siempre quise que me amaras de verdad, ¿lo entiendes? Los ojos de Leopoldo estaban claros y brillantes, sin ningún rastro de manipulación, solo sinceridad. Jacqueline ya no pudo contener las lágrimas y estas empezaron a fluir. Se puso de puntillas y rodeó su cuello con los brazos, mientras temblaba. —Leopoldo, lo entiendo. A partir de ahora, viviremos juntos. —Confundí a la persona que me salvó durante diez años, así que pasaré incontables década