Capítulo 25

Era el collar que le había regalado a Alicia en su momento, el mismo que una vez valoró como si fuera su mayor tesoro. Lo acarició suavemente durante un largo rato antes de dejarlo a un lado. Luego, al mirar dentro de la caja, sus ojos se posaron en el colgante de jade que Alicia había roto tiempo atrás. Ahora, un restaurador profesional lo había reparado a la perfección, sin dejar rastro alguno de la fractura. No hacía falta preguntar para saber que quien lo había enviado era Ramón. Sin embargo, lo que no entendía era por qué, después de haber renunciado a sus sentimientos por él y haberle devuelto todo lo que alguna vez le perteneció, el colgante de jade volvía a sus manos. Eso lo comprendía, pero ¿por qué le devolvía el collar? Y lo más extraño, en el fondo de la caja también estaba el diamante rosa que en su momento él le había regalado a Alicia. Solo de pensar que todas esas cosas habían pasado por las manos de Alicia, una mueca de desagrado se dibujó en su rostro. Sacó el colgant