Capítulo 1072

Silvio no sabía en qué momento había llegado esa gente; claramente, aquella zona debía estar bajo su control. Su semblante no era muy agradable, pero pronto se recompuso; no iba a dejarse abatir por algo tan nimio. Ahora que Lorena estaba de su lado, aunque Pedro tuviera más hombres, no se atrevería a actuar a la ligera. Pedro llevaba un abrigo; en aquella noche, el viento hacía ondear los bajos de su ropa. Silvio se ajustó las gafas y, con tono sereno, dijo: —Señor Pedro, realmente es un estratega, hasta un sitio como este ha sabido encontrarlo. Cuando Lorena escuchó eso, supo que Pedro no la había decepcionado. En el momento en que Pedro fue a buscar a Gonzalo, Lorena le había dejado una pista en un plato. Como no podía ver, sólo podía disponer una serie de cosas desordenadas como indicios; con tal de que él las palpara con atención, las encontraría. Además, el plato estaba colocado donde ella dormía. Pedro la conocía y sabía que ella no coleccionaría algo tan absurdo. Lorena se sint