Capítulo 1078

Lorena, después de que Pedro se fue, se quedó sola en la habitación. Ahora, quienes venían a cuidarla eran las personas de Pedro, además de Benjamín. Benjamín ya hablaba con mucha más soltura. En ese momento, estaba sentado a su lado y le preguntó si quería que le leyera un cuento para pasar el rato. Lorena se rio y, sin pensarlo mucho, tocó un libro cercano y se lo lanzó. —Está bien, léelo. Benjamín abrió el libro con mucha confianza, pero al ver las palabras se detuvo, sorprendido. —¿Qué es esto? —Es inglés, ¿no sabes inglés? Benjamín había estado toda su vida en una fábrica y nunca había tenido la oportunidad de salir al mundo exterior. No como Emilio, quien creció en una familia como la familia Hernández y siempre estuvo recibiendo misiones que lo llevaban a diferentes partes del mundo. Él solo se dio cuenta de que la gente podía hablar otros idiomas cuando llegó a América del Norte. Lorena se recostó en la cama y pensó por un momento. De repente, se dio cuenta de un problema grave