Capítulo 1157

Ella fingió que iba a llamar al abuelo Eugenio; quería saber si la familia Castro tenía antecedentes de enfermedades cardíacas, pero él la detuvo. Sus ojos, llenos de dudas, se entrecerraron; levantó las cejas, indicándole que hablara. —Cuando coqueteas con otro, aquí me duele. ¿Podrías dejar de hablar con él? Esther pensó que había escuchado mal; tardó varios segundos en reaccionar. —¿Qué? —¿Es porque él quiere divorciarse de mí? No volviste a casa anoche, ¿estuviste con él? Esther se quedó desconcertada ante semejante acusación, sin entender nada al principio, hasta que por fin cayó en cuenta. —¿Crees que te estoy engañando? —¿Y no es así? Quieres divorciarte porque te has enamorado de otro. Yo no puedo recuperar nuestro amor, por eso intento comprarte regalos desesperadamente. Esther, ¿por qué no puedes quererme un poco? Hace un momento dijiste que soy tu hermano, ¿soy acaso un hombre del que deberías avergonzarte? La última frase la dijo tan alto que justo lo escuchó un empleado qu