Capítulo 1159

Ella levantó el pie y se dirigió hacia la salida; Rubén, temiendo que estuviera enojada, se apresuró a seguirla con tono suplicante. —Perdón, me equivoqué. No volveré a decir algo así. ¿Podrías no divorciarte de mí, por favor? Esther. En la mesa de al lado, una pareja joven observaba la escena con atención. El hombre no pudo evitar comentar: —Las mujeres de hoy son tan materialistas, Se nota que quiere dejar a ese chico para irse con un jefe más rico. Por eso digo: los hombres tenemos que tener dinero. Su novia, sentada frente a él, se sintió incómoda al oír eso. —¿Y cómo sabes que ella no tiene dinero? Por su porte parece una mujer económicamente independiente, quizá incluso una empresaria. El hombre soltó una risita mientras tomaba un bocado. —Mírala, tan guapa, Incluso si es empresaria, seguro que alguien la mantiene. Algún rico le habrá abierto la tienda. Hoy en día, ¿qué mujeres dirigen negocios? Deberían volver a casa a tener hijos. Y ese tipo, ni idea de por qué se humilla así.