Capítulo 1260

Dolores realmente no podía esperar más; Pedro era demasiado atractivo, y cuanto más lo miraba, más se le aceleraba el corazón. Si podía acostarse con él, ¡moriría sin arrepentimiento! El semblante de Pedro se ensombreció de inmediato y cerró la puerta por completo. Dolores se quedó fuera, con las lágrimas cayendo sin cesar, y comenzó a golpear la puerta. —Cariño, abre la puerta. No entiendo por qué me tratas así, ¡yo te salvé la vida! —sollozaba. —¡Muy bien, esta noche moriré! Dicho eso, se quedó junto a la puerta esperando la reacción de Pedro. Pero Pedro ya había entrado al baño a ducharse. Se bañó durante una hora entera y, cuando por fin salió, se secó el cabello con desgana y se tumbó en la cama. En la cama había un leve aroma, suave y relajante. Sintió un peso en el pecho, sin saber exactamente por qué. Tomó una respiración profunda y se dio la vuelta. César no estaba a su lado, lo que le resultaba incómodo, aunque, en lo más profundo de su mente, una voz le decía que aquella inc