Capítulo 858

Buscó por toda la segunda planta, como si no fuera a descansar hasta encontrarlo. Sin embargo, después de una hora de ansiosa búsqueda, hasta los criados habían subido, con los ojos enrojecidos, para preguntar. —Señora Guzmán, ¿de verdad le pasó algo al señor Pedro? Todos con tristeza vimos las noticias. Lorena permaneció inmóvil; de pronto tuvo la sensación de hallarse en un mundo extraño. Resultaba que aquellas noticias no eran una pesadilla: eran reales. Pedro en verdad había tenido un accidente. Retrocedió un paso, sin responder a las palabras de los criados, y se dirigió escaleras abajo. Al subir al auto, condujo hasta el Cementerio de la Esperanza. Allí se escondía la debilidad de Pedro: si aún seguía vivo, sin duda alguna acudiría a ese lugar, como ya lo había hecho en otras ocasiones. Esta vez también llamó a Salvador, pero él no pronunció palabra al otro lado de la línea. Lorena guardó un prolongado silencio antes de decir: —Quiero entrar a mirar el cementerio. Salvador respir