Capítulo 958

La sala de exhibición de joyas se alborotó de inmediato, se decía que la señorita Nancy, de la familia Reyes, había sido secuestrada en semejante ocasión y aún no se sabía quién era el culpable. Lorena estaba en el segundo piso. Al oír pasos a sus espaldas, volteó y vio que era León. El atuendo de León aquella noche resultó realmente ostentoso, como un pavo real desplegando su cola. Él se acercó a Lorena y notó que ella ya se había cambiado de ropa. No era el vestido de Nancy, sino una falda sencilla, más que sencilla, seguramente conseguida de manera improvisada. De esa forma, Lorena pudo limpiar por completo cualquier sospecha en su contra. León sostuvo una copa de vino tinto; al escuchar el alboroto proveniente de la planta baja, habló con un tono algo burlón: —Ese vestido te queda mejor que el de Nancy. Lorena alzó una ceja; aquel hombre debía haber presenciado lo ocurrido hacía un momento. Sin embargo, no le importó demasiado. La relación entre la familia Hernández y la familia Re