Capítulo 965

León sacó un cigarrillo y, con buena intención, aconsejó: —No vayas a provocar a Lorena. Miriam agitó la mano con desdén. —Está bien, está bien, ya lo sé. Voy a salir a cenar con unas personas, volveré más tarde. La familia Hernández tenía una posición sumamente elevada en toda aquella región de Norteamérica, y Miriam, con la mirada siempre por encima de los demás, no veía a nadie con buenos ojos. Por eso, amigos sinceros tenía muy pocos; la mayoría eran simples aduladores. Primero fue a buscar a Nancy y a Nora, quienes podían considerarse sus hermanas de juramento. Al ver que la cara de Nancy no mostraba una buena expresión, Miriam levantó la mano y le dio una bofetada. —¿Qué es esa actitud? ¿Vengo a verte y me recibes con esa expresión? Nancy solo sintió humillación. Se llevó la mano a la mejilla y apretó los labios. —Lo siento, Miriam, hoy no estoy de buen humor. Ella soltó una risa fría y se sentó a un lado. Nora le pasó una taza de café caliente. Recién entonces Miriam se sintió u