Capítulo 991

En la mansión. Camila se dio un baño de agua caliente y luego preparó personalmente una taza de café antes de dirigirse al despacho. Tocó suavemente la puerta. Pronto escuchó la voz de Samuel. —Adelante. Él le permitió entrar. Camila abrió la puerta y encontró a Samuel sentado en su silla de oficina, concentrado revisando documentos. Camila se acercó y dejó la taza de café junto a su mano. —Aquí tienes café. Samuel, sin levantar la vista y centrado en su trabajo, respondió: —Déjalo ahí. Camila no quiso interrumpirlo, así que se dispuso a marcharse. Sin embargo, en el siguiente instante, una mano firme le sujetó la muñeca. Samuel la atrajo hacia él y la sentó en su regazo, abrazándola. —¿Me preparaste el café tú misma? Camila le dio un suave golpecito en el pecho con el puño. —¿No estabas tan concentrado en el trabajo? Pensé que ni siquiera habías notado que entré. Samuel sonrió. —¿Cómo no iba a notarlo, si me preparaste el café? Desde que entraste, ya no pude concentrarme en el trabajo