Capítulo 13

—Presidente Ricardo, los resultados de la investigación que encargó al detective anoche están aquí, por favor revíselos. El asistente le entregó con respeto una bolsa de papel; Ricardo la tomó y le hizo un gesto para que se retirara. —Sí. —El asistente cerró la puerta del despacho y entonces Ricardo abrió la bolsa, sacó un fajo de papeles y empezó a leer. Cuanto más miraba, más se sobresaltaba; sus ojos se abrieron y las puntas de sus dedos comenzaron a temblar. Estaba claro en las hojas: ¡los análisis de sangre y los informes de la médula eran falsos! Una rabia fría se le revolvió en el pecho; ¡no podía creerlo! Florencia, la mujer que había amado desde la infancia, la que para él siempre había sido pura e inmaculada. Pero los documentos, las cámaras del hospital, los testimonios del personal, las transferencias de Florencia y los registros del sistema de médula confirmaban el fraude. —¡Florencia! —Apretó los labios, la ira por el engaño y la manipulación le nubló la razón. —¡Localiza