Capítulo 25

—Así que Adele, no tienes que preocuparte por elegir un regalo de cumpleaños para ella. Adelfo esbozó una sonrisa, con una expresión amable en el rostro que relajaba el ánimo de quien lo miraba. —Está bien.—Adelaida sonrió con los ojos y las cejas.—¿Qué vamos a cenar esta noche? ¿Qué tal si cocino yo? Adelaida sintió que el día había sido bastante productivo. Se levantó temprano para apaciguar a un macho, luego agotó su poder mental para ir a comer algo, después fue a casa de Leocadio a recoger unas cosas, y al regresar, la acusaron de espía y la enviaron a la prisión subterránea. Pero no pasaron ni dos horas cuando llegaron a demostrar que no era espía, y después de eso, paseó por el Centro de Información Estelar antes de regresar a descansar, justo a tiempo. Esa sensación de actividad constante le recordaba a la vida ajetreada del mundo humano, así que Adelaida, casi sin pensarlo, decidió que quería ir a la cocina a preparar la cena antes de que se hiciera de noche. De esa forma, sen