Capítulo 12
Dentro del bullicioso bar, el personal siempre usaba el baño como lugar de descanso y con frecuencia se podían escuchar muchos chismes. "¿Has visto al Sr. Hong? Él es tan guapo y varonil". "Es alto y robusto, con un rostro lleno de frialdad… Un hombre como él que le da a los demás un sentimiento de abstinencia es realmente encantador. Yo quiero ser cenicienta y que él sea mi príncipe, tener muchos hijos y vivir felices por siempre”.
Wendy sabía de quién estaban hablando, ella había visto entrar a un grupo de personas entre las cuales estaba él. Él siempre destacaba entre la multitud y atrajo la atención de las camareras. Wendy no sabía cuál era su nombre completo, ella simplemente había notado que Yolanda lo llamaba Charlie y ahora ya sabía que su apellido era Hong,
La familia Hong era una familia muy prestigiosa dentro de Ice City, su negocio estaba presente en la mitad de la ciudad y su estatus social era inalcanzable, tanto así que incluso los funcionarios tenían que mostrar respeto a los miembros de la familia Hong. Actualmente, la empresa de la familia Hong seguía creciendo mucho.
Wendy se puso a pensar en cómo había terminado involucrada con un hombre como él, a tal punto que terminó tocándola con su pierna debajo de la mesa. Inclinó la cabeza y se tocó la pantorrilla sin llamar la atención de nadie y empezó a escuchar más chismes. "El señor Hong es diferente al Sr. Chin, si bien siempre que viene al bar pide a una chica, nunca se acuesta con ellas. ¿Crees que tiene algún problema con eso?"
Automáticamente Wendy pensó en aquella noche apasionada que tuvieron y en su violento beso ..."Él no tiene ningún problema en absoluto", pensó casi soltándolo en voz alta.
"Si no tiene ningún problema con eso, entonces solo puede ser su orientación ...", la mujer miró a Wendy e hizo una suposición muy atrevida, "¿Acaso le gustan los hombres?"
"Tampoco le gustan los hombres", confirmó Wendy.
Esta vez todos la escucharon y voltearon a verla sorprendidos. Wendy se dio cuenta que actuó fuera de lugar y se sintió muy avergonzada. Intentó explicarse pero todos seguían mirándola, así que se dio la vuelta y casi se tropezó. Charlie estaba en la puerta con una mano en el bolsillo. La luz brillaba por encima de su cabeza y expulsó un anillo de humo. El humo blanco flotó acompañando su voz de asombro, "No creí que me conocieras tan bien".
Wendy se sintió más incómoda aún y, dentro de sí, quería golpearse la cabeza contra la pared. Como había aparecido el protagonista de los chismes, Wendy y el resto de las camareras aprovecharon el caos del momento para salir del baño.
A los pocos minutos, le pidieron a Wendy que llevara el vino a la habitación privada donde estaba Charlie. No había nadie más, así que tuvo que tocar la puerta obligada. La música estaba apagada y no había nadie cantando, solo había unos focos de colores iluminando la habitación. Todos los hijos de los ricos que venían a derrochar su dinero se habían ido y solo quedaba Charlie. Su hermoso rostro estaba medio iluminado por las luces y su aura era mucho más fuerte que la de los demás. Wendy tenía que admitir que era un hombre encantador. Si las camareras estuvieran viendo su gesto al arrojar las cenizas de su cigarrillo al cenicero, se volverían locas por él.
Wendy miró al frente y concentrada se inclinó para colocar el vino en la mesa. Una vez que lo abrió, se dispuso a irse, pero Charlie la señaló con un dedo sin levantar la mirada y dijo: “tráeme un vaso de vino”. Al ver que Wendy no se movía, Charlie se puso el cigarrillo entre los labios y dijo: "Si no me traes uno, llamaré a tu gerente".
¿Hablar con el gerente? Eso haría que le descuenten todo su salario. Wendy se animó de inmediato, le sonrió a modo de disculpa y dijo: "Señor, yo le sirvo ..." Puso unos cubitos de hielo en un vaso y echó un poco de vino. La mano que sostenía la botella estaba temblando al sentir como Charlie la miraba fijamente aún sin levantar la cabeza, su simple mirada parecía encender un fuego en ella.
Wendy miró en dirección a la puerta y se molestó de haberla cerrado al entrar. Ella incluso había metido su cuchillo en su bolso, pero no lo había traído, respiró hondo y se puso alerta. Si Charlie intentaba abusar de ella, saldría corriendo o gritaría. Como ella tenía muchos conocidos en el lugar, alguien la escucharía ...
De repente, una gran mano cubrió la suya, “Ya va a empezar”. Wendy se concentró en el plan que acababa de hacer, pero cuando estaba a punto de salir corriendo, lo escuchó hablar con tranquilidad.
"Wendy, ¿qué te parece si te quedas conmigo?"