Capítulo 16

Altarreal, Hotel Estrella Dorada. Rosa, sentada frente al tocador, miraba su reflejo de novia, aún sintiendo que todo era un sueño. Siempre pensó que terminaría casada con un hombre en coma, condenada a la soledad. Pero el destino decidió jugarle una broma. El primer día que llegó, Carlos despertó. Aquel día, ella estaba de pie junto a la cama, mirando al Carlos que llevaba años sumido en el sueño. Su rostro era tan definido, las pestañas proyectando una sombra sobre la piel pálida; parecía una escultura, silencioso y sereno. Suspiró para sí, pensando que, de no estar en coma, debía de ser un hombre realmente deslumbrante. Pero, de repente, los dedos de Carlos se movieron. Rosa retrocedió, sorprendida, viendo cómo él abría los ojos y la miraba fijamente con esos ojos profundos y negros. En ese instante, la voz le temblaba: —¡Doctor, se ha despertado! A partir de ahí, todo pasó como en cámara rápida. La familia de Carlos lloró de alegría, los médicos se agolparon para hacerle pruebas, y