Capítulo 20

José tuvo un sueño. En el sueño, estaba en el jardín trasero de aquella gala benéfica, bajo el sol dorado. Esta vez, no fue a hacer aquella llamada. Se quedó bajo el árbol, observando a la chica del vestido blanco mientras devolvía el nido de pájaros a las ramas. Ella saltó ligera al suelo, se sacudió el polvo del vestido y, al levantar la vista, sus ojos se encontraron con los de él. José se acercó y, con voz grave y cálida, le dijo: —Hola, soy José. Quiero conocerte. La chica parpadeó, alzó la barbilla con orgullo: —¿Por qué? —Porque eres guapa. —Sonrió él. Ella resopló, pero sus orejas se tiñeron de rojo: —Si te gusto tanto, te dejaré una oportunidad para conocerme. A José casi le hizo gracia. Le parecía adorable. ... En el sueño, todo sucedía con naturalidad. José la cortejaba y ella aceptaba. Durante el noviazgo, él la mimaba y ella se acurrucaba en sus brazos. Al final, se casaban entre bendiciones y sonrisas. José la besaba y ella, sonrojada, susurraba: —Tienes que quererme toda