Capítulo 396

“Ahhhh… Osirio…” gemí por el placer de sus caricias seductoras a lo largo de la húmeda hendidura entre mis piernas. "Tienes el coño inundado. Estás muy cachonda mojándote en un sitio como este..." Osirio me provocaba sin piedad. “Ahhh…por favor…” supliqué en un susurro aunque no estaba segura de qué estaba suplicando. No importó, porque mis palabras se convirtieron en gemidos lascivos y fuertes, y mi capacidad de hablar me fue completamente arrebatada. Osirio metió los dedos con fuerza en mi agujero húmedo y grité a todo pulmón. Mis gemidos lascivos, junto con mis gritos de placer, resonaron con fuerza en la pequeña habitación de la oficina vacía. Sus dedos comenzaron a moverse sin piedad, entrando y saliendo de mi agujero a una velocidad asombrosa. Sabía que Osirio probablemente estaba deseando penetrarme con su polla, y sinceramente, yo tampoco. Mi coño ya estaba tan húmedo por él que probablemente podría penetrarlo fácilmente ahora mismo. El placer de sus dedos penetrando profundame