Capítulo 46

Finalmente, su aliento caliente, haciéndome cosquillas en la oreja, y sus dedos gruesos, golpeando mi agujero empapado, me llevaron al límite. Entonces, cuando mi orgasmo me golpeó con fuerza, grité fuerte, olvidándome por completo de que estábamos al aire libre y en un lugar público. Luego Osirio lentamente retiró sus dedos de mi túnel de amor inundado mientras yo sentía que su calor me abandonaba. Paralelamente, él se alejaba de mí, dándome espacio para que me recuperara de mi intenso clímax. A todo esto, mis piernas se sentían muy débiles y apenas podía mantenerme en pie. Así, me aferré al auto mientras lentamente me derretía en un montón de papilla en el suelo. Además, sentía mi propia humedad corriendo desde mi abertura por la parte interna de mis muslos y me di cuenta de que Osirio me había hecho correrme mucho. Después de un rato de descanso, pude recuperar el aliento y sentarme correctamente mientras apoyaba mi espalda contra el costado del vehículo. Una vez recuperada, miré a