Capítulo 32 ¿Me perdí de algún buen espectáculo?

Perspectiva de Liora. Yo sabía muy bien cómo era. Mi resistencia al alcohol era normal; ya no digamos tres botellas de orujo de alta graduación... con dos copas de vino ya era suficiente para dejarme fuera de combate. Además, en estos años en el sanatorio apenas había comido bien. Si bebía de golpe esas tres botellas, aunque no muriera, seguramente sufriría varios días. ¿Y el supuesto primer beso? ¡Ja! Cuando ya no queda dignidad, ¿qué importancia tiene un beso? Cualquier persona en su sano juicio elegiría lo segundo. Yo también pensé lo mismo... hasta que caminé hasta el guardaespaldas y lo vi quitarse las gafas de sol, despacio. En un instante mis ojos se abrieron con terror. ¡Era el chofer que, tres años atrás, me había espiado dentro del auto de Soren! Aquel recuerdo era una espina clavada en mi corazón. Al verlo de nuevo, solo sentí un asco insoportable. No, no era solo el chofer... también estaba aquel hombre que me había humillado. Evidentemente, él también me reconoció. Vi cómo