Capítulo 41 Tu cuerpo es mucho más honesto que tu boca

Perspectiva de Liora. Con la mirada nublada, las figuras frente a mí parecían duplicarse. Soren se apartó del mí y empezó a desabotonarse la camisa con rapidez. Los botones, demasiados y fastidiosos, hicieron que perdiera la paciencia; con un aullido, vi cómo en la pared detrás de él se proyectaba la sombra de un enorme lobo. En un instante, aquella silueta volvió a convertirse en un torso masculino imponente. Los restos de su ropa, rasgada en pedazos, cayeron al suelo y dejaron al descubierto los marcados músculos de su abdomen. Con cada respiración, su pecho se elevaba levemente, y cada fibra de su cuerpo parecía contener una fuerza descomunal. Aquel físico cargado de fiereza salvaje contrastaba por completo con su rostro profundo y apuesto: noble como un dios, feroz como un dios de la guerra. Entrecerré los ojos, un poco embelesada, contemplando la escena ante mí; la tensión de antes había sido sustituida por un deseo abrasador. Soren parecía complacido. Observando el ascenso y desc