Capítulo 564

El otoño de este año era muy lluvioso. Diana miraba la lluvia a través de la ventana. Era solo una llovizna y no una lluvia intensa, pero toda la ciudad estaba nublada y todo tenía un aspecto terriblemente gris. Los peatones se arrastraban sin cesar por las calles, con los paraguas en alto, apresurados por llegar a su destino. Parecían diminutas hormigas zumbando justo debajo de ella. De repente, Diana pensó en Oliver. Dijo que, para devolverle el favor, quería que ella le llevara un paraguas cuando lloviera. No era conveniente estar en deuda con él demasiado tiempo. Diana echó un vistazo a su trabajo, que estaba casi terminado, y se levantó. Agarró un paraguas y desafió a la lluvia. Era casi mediodía cuando llegó al Hospital Central. Muchos doctores y enfermeras entraban y salían del comedor. Diana recordó lo que había dicho Oliver y, temiendo que le pillara la lluvia, caminó apresuradamente hacia los ambulatorios. Hoy llevaba un vestido blanco de encaje, que la hacía parecer