Capítulo 17

Isabel pensó que la aparición de Rosa había sido solo un pequeño episodio. La subestimó. Aquellos días, su proyecto había entrado en la fase final. Era lo que más esfuerzo le había costado desde que llegó a Sieramar. El día de la prueba, Isabel y José llevaron juntos las muestras a la sala de análisis. Todos contuvieron la respiración, esperando a que el analizador se pusiera en marcha. En la pantalla, los datos empezaron a desplazarse. Luego, de repente, se detuvieron. Apareció una advertencia en rojo, deslumbrante: [Contaminación de la muestra, estructura anómala, no es posible realizar la prueba]. El líder del proyecto fue el primero en entrar corriendo; al ver la pantalla, su cara se endureció. Isabel entró detrás de él, sin apartar la vista de aquella sombra que representaba la contaminación; sintió cómo la sangre se le helaba en todo el cuerpo. Imposible. Ella había revisado personalmente cada paso, siguiendo los estándares más estrictos. Estaba segura de que no había cometido ni