Capítulo 8

¡El poder de una vampira embarazada es increíble! Hugo y Lucas se abalanzaron hacia Lidia, pero ella, con un gesto de la mano, los inmovilizó. Justo cuando mi sangre estaba a punto de estallar por el calor, un cubo de agua fría nos cayó encima. Lidia lanzó un grito desgarrador de inmediato. Su voz parecía venir desde las profundidades del infierno. Su cuerpo comenzó a temblar violentamente, como si hubiera innumerables gusanos retorciéndose bajo su piel. Su piel se volvió transparente gradualmente, se podía ver la sangre hirviendo y las venas retorcidos en su interior. —¡Es el agua sagrada! Hugo y Lucas hablaron al mismo tiempo. Y el mordisco en mi cuello se curó por completo gracias al agua sagrada. Miré hacia arriba, vi a mi madre sosteniendo una palangana de plata, con el rostro lleno de pánico. Al verme con vida, se desplomó en el suelo enseguida. Fue mi madre quien me había salvado. Al mismo tiempo. Con un fuerte estallido, el vientre de Lidia explotó, y un monstruo, mitad humano