Capítulo 14

Manuel y Julia soltaron un suspiro y negaron con la cabeza en silencio. ¿De qué servía decir esas cosas ahora? Sus hijas ya no estaban, así que carecía de cualquier sentido. Al final, ellos no dijeron nada. Se llevaron las cenizas de Andrea de regreso a casa, con la intención de terminar los trámites del funeral. Después, la iban a enterrar en la tumba que ella había comprado en vida. Lorenzo se apretaba el pecho, y solo entonces sintió un leve alivio en su interior. Al volver a casa, se dio cuenta, de que las flores del jarrón se habían marchitado; sin Andrea, no había nadie quién cuidara con esmero de los arreglos florales. Los cojines del sofá aún conservaban el aroma de Andrea. Al encender el televisor, notó que el canal seguía en el mismo programa que ella había estado viendo la última vez. Los cuadros colgados en la pared los había pintado ella. Cuando se mudó por primera vez a esa casa, la decoró con gran ilusión, esperanzada en pasar toda la vida junto a él. Sin embargo, él des