Capítulo 22

—Para que ella pudiera vivir feliz, le pedimos a alguien que la hipnotizara. Así, olvidó temporalmente todo el dolor y solo disfruta del cariño que le damos. Cuando algún día tenga suficiente fortaleza para afrontar la realidad, lo recordará por sí misma. —Ahora que has regresado, a partir de hoy cuidaremos juntos de Andrea y la trataremos como se merece. Nada de lo que ocurrió en la vida anterior debe repetirse. Simón le apretó la mejilla a Lorenzo en señal de advertencia y, sin dejar de amenazarlo, añadió. —Si alguna vez vuelves a hacerle daño a Andrea, ¡no te lo perdonaré! —Y si algún día Yolanda y yo volvemos a morir en un accidente, ustedes no deben volver a descargar su enojo sobre alguien inocente. En nuestra vida pasada, en el momento en que Yolanda y yo morimos, no sentimos ni arrepentimiento ni rencor. Lo aceptamos de corazón, ¿ha quedado claro? —Entendido, no volveré a hacer tonterías. —Asintió con seriedad, apartando la mano de Simón. Acto seguido, abrió la puerta y salió c