Capítulo 38

Paula la vio con cosas en la mano y de inmediato la detuvo. —¿Acaso crees en los rumores de allá afuera? ¿Crees que mi hijo fue quien mató a tu padre? Mientras hablaba, jaló a Lourdes, que lloraba, sin dejarla ir. —Por favor, no haga esto. Lourdes se sintió un poco nerviosa. Dicen que la relación entre suegra y nuera nunca es buena, pero en su caso, parecían madre e hija de verdad. —Los hechos están frente a mí. Mi padre fue empujado a la muerte. Realmente no puedo perdonar eso... Dolida, Lourdes apartó bruscamente la mano de su suegra y se fue rápidamente. Lourdes cargaba sus cosas, sin paraguas, caminando con torpeza bajo la lluvia. —¡No te vayas! ¡Si te vas, esta familia se acaba! Paula, entre sollozos, la alcanzó, rogándole con desesperación. Ella no sabía que su hijo había comprado los bienes de la familia Suárez, solo sabía que Lourdes había dado mucho por esa casa. —Madre, vuelva a casa, usted no está bien de salud. No se moje, está lloviendo mucho. Ver a su suegra tan triste ta