Capítulo 65

Una fiesta lujosa, un salón iluminado. Lourdes miraba todo eso con una expresión un tanto ausente. En el pasado, ella también había asistido a este tipo de banquetes acompañando a su padre, pero ahora le resultaban un poco ajenos. —¿Qué pasa, estás nerviosa? Ignacio notó que ella apretaba las manos y la bromeó con una sonrisa. Lourdes presionó los labios y fue honesta. —Sí... ¿Así que todavía puedo arrepentirme? A lo largo del camino, Lourdes ya había recibido muchas miradas de mujeres: algunas envidiosas, otras despectivas. Mientras hablaba, inclinó levemente la cabeza hacia los que pasaban. —No prestes atención a esa gente irrelevante. En este tipo de reuniones familiares, hay quienes solo vienen por el alboroto. Al ver que saludaba con un gesto de cabeza a cada persona, Ignacio le susurró al oído. —¿Ah? —Lourdes no entendía—. ¿También existen reuniones familiares así? La familia Suárez también había organizado reuniones, pero por ser pocos en número, no eran muy animadas. —Es una hi