Capítulo 73

—Sí, estoy loco. Roberto se desplomó sobre la cama, riendo borracho. —Por eso siempre te he tolerado, por eso dejé todo atrás para intentar reconciliarme contigo. Extendió los brazos intentando abrazar a la mujer, pero perdió el equilibrio y cayó al suelo. Lourdes, al verlo, reaccionó instintivamente para sostenerlo. Roberto, sostenido por ella, sonrió con satisfacción. —En el fondo, sigues sintiendo algo por mí. ¿Por qué finges que no te importa? —Estás ebrio. Voy a llamar a Gabriela para que venga a recogerte. Lourdes dijo esto mientras buscaba su teléfono. Pero apenas lo sacó, el hombre se lo arrebató. —¿De verdad no quieres estar conmigo? ¿De verdad me odias tanto? Roberto la miró fijamente, con un dolor evidente en los ojos. —Yo... Lourdes abrió la boca, con el corazón encogido. Ella no era una mujer sin sentimientos, pero necesitaba mantenerse firme, no podía permitirse caer otra vez. —No podemos seguir así... —Te amo. La voz del hombre, profunda y clara, se escuchó en la oscurid