Capítulo 19

La cara de Armando se iluminó y oscureció, apareció un atisbo de culpa que, sin embargo, desapareció rápidamente sin dejar rastro. —Antonia me salvó la vida, pero mi segunda vida me la dio Baltasar. ¡Yo solo soy leal a Baltasar! Baltasar no dijo una palabra, solo mostró alguna fluctuación en su expresión al escuchar que mencionaban a Antonia. Hizo un gesto para que Mario se acercara, sus pestañas temblaron y levantó la vista lentamente para mirarlo. —... ¿De verdad no sabes dónde está Antonia? Mario mantuvo la cara tensa y estaba a punto de responder. Pero de repente, la puerta principal fue empujada con fuerza desde fuera. —¡La encontramos! ¡Encontramos a Antonia! La expresión de Baltasar cambió drásticamente. Armando reaccionó de inmediato. —¿Dónde está? ¡Dilo rápido, ¿dónde?! Aquel subordinado jadeaba, encorvado, y el sudor le goteaba por la mejilla hasta el suelo. —¡Está en la capital! Baltasar se estremeció, apretó inconscientemente la sábana con la mano. Su voz era ronca, pero de