Webfic
Open the Webfic App to read more wonderful content

Capítulo 8

Antonia fue empujada brutalmente y encerrada tras la puerta de hierro. La herida en su pierna, apenas vendada de forma rudimentaria, ya había vuelto a sangrar en ese momento. Cojeando de manera miserable, intentaba encontrar algún lugar donde sentarse. Su cara carecía totalmente de color. Cuando Antonia apenas había apoyado la mano en la pared, de repente una palangana cayó desde arriba y le golpeó la cara. Varias mujeres se acercaron a ella riendo a carcajadas. La mujer que lideraba el grupo, de repente, levantó el pie y le dio una patada feroz en la pierna herida. —¡Ah! —Antonia se vio obligada a arrodillarse en el suelo. Al segundo siguiente, alguien tiró violentamente de su cabello, como si le fueran a arrancar el cuero cabelludo; el dolor le recorría todo el cuerpo en una oleada de pinchazos, pero ella lo soportó con todas sus fuerzas. —Antonia, normalmente tu actitud arrogante es insoportable, ¿quién diría que algún día terminarías así? —Aún no lo sabes, ¿verdad? El señor Baltasar ya nos avisó: ¡mientras te demos una buena lección, él nos devolverá la libertad! En ese instante, su mente se sumió en el caos. El cuerpo de Antonia se puso rígido de inmediato. Jamás habría imaginado que, por culpa de Jimena, ¡Baltasar realmente planeaba castigarla! El dolor en su cuero cabelludo no era nada comparado con el que sentía en lo más profundo de su corazón. Viendo que ella no reaccionaba, las mujeres le metieron una toalla en la boca y, con un tirón violento en la cabeza, le arrancaron de golpe el cabello junto con un pedazo del cuero cabelludo. Dos de ellas sujetaron el cuerpo de Antonia, que luchaba y sufría, mientras las demás la golpeaban y pateaban repetidamente en el abdomen y la parte baja del cuerpo. Al ver la sangre extenderse por su pierna, la arrastraron hasta la reja de hierro y, de un fuerte tirón, se escuchó un estallido desgarrador. Las venas en la frente de Antonia saltaron al instante; el dolor era tan insoportable que deseaba estrellarse la cabeza contra la pared. Pero antes de que pudiera siquiera moverse, ese grupo volvió a agarrarla del pelo y le estrelló la cabeza con fuerza contra el suelo de cemento. Ese tormento se prolongó durante tres días. Cuando por fin dejaron salir a Antonia, la arrojaron en la entrada como si fuese un perro moribundo. La persona que estaba de pie junto a la puerta no se fue; pateó a la Antonia desmayada en el suelo. —El señor Baltasar dijo que, por tu culpa, la señorita Jimena lleva tres días y tres noches sin poder dormir. ¡Quiere que mañana mismo vayas a disculparte con la señorita Jimena! — Tras decir esto, se marchó sin volver la vista atrás. En ese preciso momento, Antonia no podía pronunciar ni una sola palabra, el dolor le atravesaba los huesos, hasta hacerla llorar. Durante esos tres días en que su vida fue peor que la muerte, ¡Baltasar solo se preocupaba por el insomnio de Jimena! Mientras ella era abrasada por el sol y ni siquiera tenía fuerzas para ponerse de pie. Cuando Mario llegó, corrió hacia ella sin poder creer lo que veía. —¡Antonia! ¿Quién te ha hecho esto? —gritó furioso, cargando su arma y dispuesto a entrar para vengarse. Pero al instante siguiente, Antonia lo sujetó fuertemente de la ropa, usando hasta la última pizca de fuerza que le quedaba; su voz, dañada por el agua hirviendo, sonó áspera y casi irreconocible. —¡Llévame! Llévame a ese lugar... Mario solo necesitó media hora para llegar al sitio que ella había mencionado. En el helipuerto ya había gente esperando; recogieron con urgencia a Antonia, que se encontraba desmayada en los brazos de Mario. —Ven con nosotros también. Mario apretó los puños, sus ojos se tiñeron de rojo al ver a Antonia tan maltratada, pero negó con la cabeza. Durante esos doce años, había visto cómo Antonia permanecía siempre al lado de Baltasar. Ella lo había acompañado, atravesando balas y peligros hasta llegar aquí. ¡Pero su devoción solo le había traído un precio tan doloroso! —Ustedes, lleven a Antonia lejos de aquí, por favor. Este lugar... ¡que nunca vuelva a él!

© Webfic, All rights reserved

DIANZHONG TECHNOLOGY SINGAPORE PTE. LTD.