Capítulo 158 Difamación

—Mamá, fue un descuido mío no haber llamado al tío Sergio.—dijo Pablo apresurado, temiendo que su madre enfadara en ese momento a Sergio y que él revelara lo ocurrido aquel día en el hotel. Miró a Sergio con una expresión suplicante.—Ya tengo planeado casarme con Moni antes de que termine el año. Espero contar con la bendición del tío Sergio. —No pienso darles mi bendición. La voz del hombre sonó de repente como jade cayendo al suelo: fría, profunda e implacable. El rostro de Pablo se descompuso al instante. Laura quedó pasmada con evidente enfado y exclamó: —¡Papá, escuche lo que dice Sergio! ¡Su propio sobrino se va a casar y él ni siquiera lo bendice! Diego se enojó demasiado, mostrando cierta perplejidad. Sergio siempre había sido prudente, metódico y nunca actuaba de manera impulsiva. Dijo: —Sergio, fue un error que Pablo no te llamara, pero la bendición es algo que no debe faltar. Sergio mostró una expresión siniestra y soltó una risa desdeñosa: —¿Bendecir qué? Ellos ya terminaro